Por Amanda Siqueira y João Victor Rodrigues, Servicios Técnicos de Agroceres PIC
Desde que se difundió, en la década del 70, la técnica de Inseminación Artificial (IA) viene desempeñando un papel fundamental para el aumento de la competitividad en la producción porcina. A través de esta tecnología reproductiva es posible optimizar el mejoramiento genético del plantel en las unidades de producción, elevando la eficiencia productiva de los rebaños de forma constante. A pesar de ser una práctica rutinaria, el manejo de la IA está condicionado a la realización de procedimientos minuciosos que, necesariamente, tienen que ser ejecutados de forma correcta y criteriosa. Siguen, a continuación, algunas recomendaciones técnicas para una buena ejecución de la IA.
Detección del celo
El diagnóstico del celo es el paso más importante para determinar el momento de la inseminación de las hembras. Es necesario conocer el comportamiento de las hembras para definir con precisión el momento ideal de la inseminación. Este diagnóstico debe realizarse, por lo menos una vez al día, todos los días de la semana. Las hembras que presenten una señal característica de celo (como reflejo de inmovilidad), deben identificarse para recibir la IA. Es fundamental, para lograr buenos resultados reproductivos, asegurar que las hembras inseminadas estén en celo sólido. El protocolo usado por la unidad de producción no interfiere en la técnica de la inseminación. Cabe adoptar aquel que más se adecúe a las características y a la realidad de la granja.
Uso del macho celador
El uso del macho celador es imprescindible para la detección del celo en las hembras. Use machos de buena lívido, a partir de 11-12 meses de edad. Retajos originados de cruzamientos de Meishan pueden utilizarse con 5-6 meses edad. El macho celador debe tener contacto directo con las hembras. Si ellas estuvieran alojadas en grupo, introduzca al macho en el corral. En el caso en que el alojamiento sea individual en jaulas colóquelo en el corredor, adelante. Utilice la proporción de 1 macho celador para 200 chanchas y 1:100, en el caso de lechonas.
Optimizando el uso de los reproductores
Para optimizar el uso de las dosis y de los mejores machos reproductores, recomendamos que la IA se realice con un intervalo de 24 horas, conforme la sugerencia que se presenta a continuación:
Con este protocolo, se espera un consumo de 2,2-2,5 dosis/cobertura y < 5% de hembras inseminadas con una dosis.
Preparación de la hembra para la inseminación
Identifique el número de hembras a ser inseminadas (hembras que presentan señales características del celo, completamente inmóviles). No insemine hembras que presentan el celo en el día del destete. Antes de cada inseminación, se debe verificar el celo de la hembra, con el macho presente y sólo se debe inseminar si presenta el reflejo de quietud.
Conservación del semen
Lleve al galpón sólo el número de dosis para inseminación que serán usadas en una hora de trabajo. No llene demasiado la caja térmica. Transporte las dosis para inseminación para los galpones de gestación, en cajas térmicas, conteniendo hielo reciclable, con temperatura entre 16°C y 18°C. Nunca devuelva a la conservadora las dosis que sobren. Las dosis para inseminación llevadas al galpón de gestación, y que no se usaron, deben ser descartadas.
Inseminación
Ponga el macho celador delante del grupo de hembras que serán inseminadas. Cada celador podrá atender un grupo de hasta cinco hembras por vez. Limpie cuidadosamente la vulva de la hembra con papel toalla. Introduzca la pipeta en ángulo de 45° hasta que se trabe en el cuello del útero. Conecte el sachet (flexitubo) de semen en la pipeta de modo que la dosis fluya continuamente hacia el interior del tracto reproductivo de la hembra. No aprete o perfore la el sachet. Realice un estímulo mecánico sobre el dorso, flanco y glándulas mamarias de la hembra durante todo el período de la deposición del semen. Verifique que todo el contenido del sachet haya sido introducido en el tracto reproductivo de la hembra. Mantenga la pipeta en la hembra por más algunos minutos, después de terminada la deposición del semen.
Recomendaciones importantes
Sea paciente y no tenga prisa. La inseminación tradicional dura, en promedio, de cinco a seis minutos por hembra. Después de realizar la inseminación artificial tradicional, deje el macho celador en el corredor delante de las hembras inseminadas por aproximadamente una hora más, para que continúen siendo estimuladas, contribuyendo a la calidad de la inseminación.
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